El mundo ahora está experimentando su tercera gran epidemia de infecciones por coronavirus (CoV). Una revisión reciente sobre el papel de la vitamina D en la reducción del riesgo de resfriado común agrupó diferentes mecanismos, poniendo en evidencia que la suplementación de vitamina D podría ayudar a prevenir y ser soporte para el tratamiento del COVID-19. Estos están divididos por: su efecto en el intestino (barrera física), inmunidad celular natural e inmunidad adaptativa. En el intestino, la vitamina D ayuda a mantener las uniones estrechas entre los entecitos. Por otro lado, la vitamina D mejora la inmunidad innata celular en parte a través de la inducción de péptidos antimicrobianos, que incluyen catelicidina humana, LL-37 y defensinas. Esos péptidos derivados matan a los patógenos invasores (bacterias Gram-positivas y Gram-negativas, virus y hongos) al perturbar sus membranas celulares y pueden neutralizar las actividades biológicas de las endotoxinas. La vitamina D, además, mejora la inmunidad celular, en parte al reducir la tormenta de citoquinas inducida por el sistema inmune innato como se observó en pacientes con COVID-19, esto al reducir la producción de citocinas Th1 proinflamatorias, como el factor de necrosis tumoral α y el interferón γ.
Las concentraciones séricas de 25 (OH) D tienden a disminuir con la edad, ya que los adultos mayores pasan menos tiempo al sol y hay una menor producción de vitamina D. Además, el uso de algunos fármacos, como antiepilépticos, antineoplásicos, antibióticos, agentes antiinflamatorios, antihipertensivos, antirretrovirales, aumentados con la edad, reducen las concentraciones séricas de 25 (OH) D al activar el receptor de pregnane-X . Por lo que es importante tener adecuados niveles de vitamina D en nuestro cuerpo.
Grant W, Lahore H, McDonnell S, et. Al. Evidence that Vitamin D Supplementation Could Reduce Risk of Influenza and COVID-19 Infections and Deaths. Nutrients 2020, 12, 988